Charlas
de café
Habitués
de la barra del Bar de doña Tomasa, como de una antigua religión,
estábamos los de siempre, el “pollo” Exequiel que se ganó el mote por
tanto repetir a Platón: “el hombre es un animal implume”.
estábamos los de siempre, el “pollo” Exequiel que se ganó el mote por
tanto repetir a Platón: “el hombre es un animal implume”.
Otro pionero en el devenido inocente
aguantadero de barrio, es “el Taba”.
Según consta en su Libreta de Enrolamiento Arístides Sileno es soltero pero
no del todo y lo llaman “el Taba” por su habilidad para caer parado,
es un devoto practicante del deporte de los reyes.
Según consta en su Libreta de Enrolamiento Arístides Sileno es soltero pero
no del todo y lo llaman “el Taba” por su habilidad para caer parado,
es un devoto practicante del deporte de los reyes.
A
punto de ser padre les pregunté:
--¿Alguno de ustedes presenció un parto?
--Hace muchos años, yo no peinaba canas, en mi taxi llevaba a una maestrita
al hospital más cercano –José, taxista de profesión --aprovechó para relatarnos
la historia de marras con lujo de detalles. --Elsa era una muchacha muy valiente,
ayudó en su parto, me asombró su entereza, la preocupación y el amor
que demostró por su hijo a pesar del sufrimiento y su escasa salud.
al hospital más cercano –José, taxista de profesión --aprovechó para relatarnos
la historia de marras con lujo de detalles. --Elsa era una muchacha muy valiente,
ayudó en su parto, me asombró su entereza, la preocupación y el amor
que demostró por su hijo a pesar del sufrimiento y su escasa salud.
--¿Por qué suponés que estaba enferma? –pregunté
--Falleció poco después abrazada a su bebé.
--me respondió
Hasta la mesita y doña Tomasa hicieron silencio.
Hasta la mesita y doña Tomasa hicieron silencio.
--Gracias –le dije --por recordarme así a mi
madre.
Permanecimos todos y cada uno anclado en algún momento del relato hasta que el mozo declinó las luces y apuramos el último café.