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Autor Ada Inés Lerner
El universo desconocido
“Si la luz del sol es invisible para el búho,
es sólo culpa de ese pájaro y no del sol.”
Cuando la nave bajó en el planetoide LXC 184 nos asomamos en el horizonte. Inspeccionamos la zona de montañas de piedras y cavernas. Después nos acercamos a la zona donde nos habían citado.
En
una sala había algunas pinturas rupestres, examinamos trazos, seres
antropomorfos que reconocíamos por
visitas de otros tripulantes ovninautas. Estábamos invitados a un
encuentro con otros internautas para asistir a un parlamento.
El disertante contaba con una pantalla detrás de él que mostraba otros habitantes en las estrellas de un sistema solar.
El disertante contaba con una pantalla detrás de él que mostraba otros habitantes en las estrellas de un sistema solar.
—El
origen de las naves que ustedes ven puede estar en otros lugares, otros tiempos
o en otros planos temporales; sus tripulantes no serían seres humanos sino
mutaciones o extraterrestres. —El conferencista hizo una pausa.
—¿Doctor,
usted de qué planeta es? —preguntó un estudiante
—Del
más próximo al sistema solar, Alfa Centauri, nuestras naves vuelan a velocidad
desconocida para los terrestres —aclaró
el Doctor Osmayor y continuó —utilizamos
tecnología de avanzada en el espacio y llevamos una extensa historia de viajes
interplanetarios.
—No
le creo nada —el estudiante terrestre se retiró del salón colmado de
científicos y estudiantes del universo.
—Mi
objetivo aquí es difundir ciencia, no convencer a los tontos. —concluyó el
científico y el antiguo docente continuó:
—Nosotros, si miramos hacia dentro percibimos el espacio, en cambio el
humano percibe, se percibe a si mismo sólo en el tiempo. Quizá porque cree —y creer es lo que nos conecta con las dudas,
no lo olviden, repito: —el humano cree que lo único eterno es el tiempo. Algunos, muy pocos investigadores ya avanzaron
sobre otras dimensiones.
—Profesor —dedujo un alumno nuevo —¿será porque el humano desea la
eternidad a toda costa, es egocéntrico y no espera nada del universo, que es
fundamentalmente espacio?
—No lo conozco, por favor, antes de hablar, preséntese a sus compañeros
y a la cátedra. Su pregunta es acertada, para nosotros, el espacio infinito
existe porque vivimos en él y lo tenemos internalizado.
—Entonces, Profesor —dijo Mariska
desde el fondo del aula —¿cómo haremos, en un futuro, lejano o cercano, para
convivir? ¿Para entendernos?
—Un alto prelado de una iglesia humana dijo “que la paz es posible”,
dudo que se refiriera a sus feligreses. Ellos han colocado un gran cuadrante y
dos manecillas, para medir el tiempo, hum. Aún es muy temprano para que el
humano comprenda las diferentes dimensiones del universo en que convivimos. Son
observadores, pero el criterio es escéptico.
—¿Deberíamos esperar a que aprendan? —Kuru, mutante de genes venusinos hizo
un gesto de impaciencia.
—Si no esperamos, Kuru, todo será un caos y habrá víctimas inocentes de
ambos lados. Además sus religiones principales les han dicho que son los únicos
seres inteligentes en la
Creación
—Son muy primitivos, profesor Osmayor —agregó otro alumno.
—Es cierto, Clod —el profesor hizo una pausa reflexiva y los
miró a todos —sólo unos pocos respetan la inteligencia de la naturaleza, por
ahora todo es investigación y dudas en el humano, esperemos que la paz sea
posible.
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