El Uritorco |
— Los Tebesios
— Ada Inés Lerner
Hubo un tiempo en
que yo pensaba mucho en los tebesios. Iba a verlos sobrevolar el Uritorco,
observaba la inmovilidad de sus naves o sus extrañas inclinaciones.
Dos de ellas aterrizaron un nanosegundo y
porque así lo quisieron, los pude ver mientras danzaban en lo que parecía un
ritual hostil y espeluznante que rodeaba el paisaje oscuro, la luna ausente, el
silencio.
Con
un proceso que desconocí me abdujeron, me auscultaron y aceptaron, llegué a ser
una de ellos, porqué tengo partículas de
quarks, que los tebesios valoran. Fueron tres días oscuros en que varios de
nosotros desaparecimos en un satélite de Júpiter. ¿Su filosofía de vida? Carpe
Diem.
Navegábamos
siguiendo la órbita de otro satélite, creí que era Pasifae. Retumbaron gritos desde las entrañas del
volcán, un pájaro de fuego nació de la boca, sobrevoló una amplia zona, y desapareció
con un alarido desgarrador.
Me
sentí presa de impulsos de destrucción,
ignoraba que se encuentran ocultos en lo profundo de nuestras emociones humanas
y que yo no los había perdido.
Sí,
la más antigua y más intensa, el miedo a lo desconocido es una amenaza latente.
Por
eso los tebesios consideran a los humanos seres inferiores.
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