Pesadilla
Esa noche, Elena oyó a la pequeña Rosita que llamaba con un gemido ronco, un grito de llamada desesperada a la madre. La niña se había dormido después de recordar a Miau, y se despertó abrazada por Elena que la calmaba y arrullaba para alejar de la niña la zozobra de la pesadilla. Otra vez el silencio hasta que la niña con un gemido ronco los sacudió.
Por Ada Inés Lerner
Rosita lloraba desconsolada. Sacudía las piernas, y una negativa total, un rechazo con las dos manos y todo el cuerpo a la voz del padre, y José intentaba consolarla sin comprender por qué lo rechazaba con sonidos confusos y gritos de animal que se ahogaba.
Si el llanto se convirtiera en reproche entonces ellos podrían aclararlo, pero mientras la niña callara, todo estaba perdido.
José, sin hablarlo con Elena ni con la niña, apareció una tarde y depositó en el piso una cajita negra de donde partió un débil maullido.
Ante la mirada atónita de sus padres, Rosita se transformó en un lobezno que golpeó la cesta con fuerza contra el muro, con aullidos sin llanto y los ojos enrojecidos, hasta caer desmayada.
La autora: La autora: Ada Inés Lerner reside en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Ha publicado cuentos, microficciones y poemas en varias antologías de papel y medios digitales. Obtuvo premios y menciones.
Microficción seleccionada por Luciano Doti (Lomas del Mirador). Twitter: @Luciano_Doti
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