Un cuento, con estos dos magos literarios, 

 

Ada Inés Lerner y Fabián Rafael; un abrazo amigo de Omar Chapi

 — La esfinge —  

Despertó a media noche y se levantó para ir al baño, pero como estaba solo, prefirió subir a los baños públicos, junto al parque. Entró en una cabina y dejó la puerta abierta; de pronto, el silencio de la noche se rompió por los sonidos de una presencia extraña, deseaba que fuera una mujer. En eso, un bello rostro femenino, se asomó al umbral; al principio sintió miedo, pero vio su deseo cumplido. Ella, tenía una espesa melena rubia, se dio la vuelta y caminó hacia un banco en donde se detuvo e hizo señas para que se sentara a su lado, él no dudó y fue con ella.
—Qué haces aquí —le preguntó. Ella, con señas, dio a entender que no podía hablar, pero se sentía a gusto con su compañía. De pronto, la hermosa mujer se paró y se quitó el atuendo, mostrando un cuerpo perfecto, pero él, observó que de su espalda enorme nacían un par de alas como una mariposa monstruosa y el cuerpo era de leona, por cierto, bastante más grande que él. Sus manos delanteras semejaban el mismo animal. El deseo que había sentido en el primer momento quedó sepultado bajo un temor incomprensible. Era tan alta e imponente que él intentó alejarse de a poco, pero la bestia le puso una zarpa en el hombro que lo obligó a sentarse con brusquedad. Lo miró con odio en sus ojos de zafiro y desapareció.