Visita al Valle de la Muerte
--Si como creo hemos caído en el Planeta del Valle de la Muerte
tendremos dificultades en
salir rápido –mi copiloto Rank estaba en lo cierto.
--¿Tenés
noticias de habitantes permanentes aquí?
--No, Rank, no tengo referencias que los haya, sólo viajantes esporádicos,
científicos del Servicio Meteorológico del Universo. El Valle de la Muerte es el
lugar más caluroso y húmedo y tiene el récord de la temperatura más alta jamás
registrada desde que existen sistemas de medición:
57,78 centígrados el 10 de julio de 1913.
--Lo único cierto es que no
nos ahogaremos en un vaso de agua--
No sé porqué Rank estaba de
buen humor. La situación era difícil --No te gustó mi chiste, opino que
deberíamos tomar los datos que venimos a buscar y luego preocuparnos por
arreglar esta cosa.
--No estoy de acuerdo, esta
semana, precisamente el 5 de julio de 2053, el Servicio Meteorológico informó
que registró una temperatura de casi 60 grados y creen que podría seguir en
ascenso –le contesté en tono algo imperativo como correspondía a mi responsabilidad
por grado superior.
--El valle es un
espectacular paisaje desértico, la cuenca de Agua Mala ¡qué ironía su nombre! es la parte más
profunda y caliente del valle. Quisiera grabar y llevarlo como documental –Rank
hizo oídos sordos a mi decisión
--¿Rank no escuchaste lo que
dije? Primero repararemos la nave –El copiloto hizo un gesto de fastidio --Si
no podemos salir rápido de aquí poco importarán tus documentales.
La desobediencia me enfureció, mis palabras
subieron de tono y Rank se retobó aún más. Intentó salir de la nave y para
detenerlo, lo empujé.
Rank me trompeó y yo caí
herido por el golpe en la cabeza.
Él abrió la escotilla y salió con su cámara.
Malherido decidí reparar solo el
desperfecto. Busqué mis herramientas y el agua necesaria para salir a la
superficie, estábamos a 85 m
bajo el nivel del mar. Observé que Rank no llevó su provisión de agua, el calor es de los más extremos y la aventura no permitía más
de dos días sin beber, supongo que lo advertirá a tiempo.
A fin de Junio de 2013 otros investigadores
observaron que el termómetro marcó 59 grados centígrados. Mi madre terrícola,
María Carabajal, diría (en el cercano pasado) “igualito que en Santiago del
Estero”, su provincia argentina.
Dicen que hoy es peor aún.
Como nuestro Sol alumbra permanente consigo terminar la reparación al
mediodía de nuestro segundo día pero no tengo noticias de Rank y poca provisión
de agua, podía esperarlo dos horas/nuestras más.
A poco de partir apareció Rank desfallecido. No quiso escuchar razones; se
llevó una provisión mientras yo arrancaba la nave. No pude disuadirlo. Comencé
a prender los motores y a deslizarme por la superficie. Antes de levantar vuelo
Rank había decidido quedarse en el Valle de la Muerte.
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